Visitar Williamsburg es como abrir una ventana a otra época en medio de una ciudad que no para. Este rincón de Nueva York, ubicado en Brooklyn, es conocido por su diversidad cultural, su ambiente artístico y, especialmente, por ser el hogar de una de las comunidades judías ortodoxas más grandes fuera de Israel. Pasear por sus calles te da una sensación muy diferente a la que se vive en Manhattan, y por eso muchos lo consideran uno de los puntos más curiosos del tour contrastes de Nueva York.
Williamsburg, un barrio con estilo propio
Caminar por Williamsburg es encontrarse con hombres vestidos con sombreros negros, largos abrigos oscuros y tirabuzones a los lados del rostro. Las mujeres suelen vestir de forma muy recatada, con faldas largas, blusas de manga larga y, en muchos casos, pelucas o pañuelos cubriendo el cabello. Esta comunidad, mayormente jasídica, mantiene un estilo de vida muy conservador, guiado por las reglas de su religión.
A primera vista, puede parecer un lugar completamente cerrado al visitante, pero no es así. Si bien es cierto que no se trata de una zona turística como lo es Times Square, Williamsburg tiene un ritmo propio, más tranquilo, casi como un pequeño mundo dentro de otro. Y eso es justamente lo que lo hace tan interesante dentro del tour contrastes de Nueva York.
Aprendiendo de historia en el barrio Judío de Nueva York
Algunas calles parecen salidas de un libro de historia: letreros en yidis, tiendas de ropa tradicional, panaderías kosher con recetas que se han pasado de generación en generación. En ciertos horarios, sobre todo al salir de las sinagogas o de las escuelas religiosas, verás a familias enteras caminando juntas, siempre con un aire de respeto y solemnidad. No es un lugar donde se venga a hacer ruido ni a tomarse selfies. Aquí, la idea es observar con discreción y aprender.
Williamsburg, un barrio lleno de Contrastes
Pero Williamsburg también tiene otra cara. A pocas cuadras del núcleo más religioso, el ambiente cambia completamente. Aparecen los cafés con mesas al aire libre, las tiendas de ropa de diseñadores independientes, los murales pintados con grafiti y las galerías de arte. Esta mezcla tan marcada es lo que le da tanto valor al recorrido: de un lado, la tradición más estricta; del otro, la modernidad y la cultura alternativa.
Y aunque parezcan mundos que no se tocan, conviven todos los días. Esa dualidad es una de las razones por las que el barrio judío en Nueva York es un punto importante en muchos tours guiados. En especial, en el tour contrastes de Nueva York, que justamente busca mostrar los diferentes rostros de la ciudad: del lujo de Manhattan al Bronx más auténtico, de la multiculturalidad de Queens a los silencios de Williamsburg.
Uno de los momentos más especiales es visitar este barrio un viernes por la tarde, cuando la comunidad se prepara para el Shabat. Las tiendas cierran temprano, las familias regresan a casa, y se respira una especie de calma muy particular. Es como si todo se detuviera por un instante. Es importante ir con respeto y sin interrumpir sus costumbres, pero es, sin duda, una forma única de entender cómo se vive la fe de manera cotidiana.
Un estilo de vida auténtico en medio de la Gran Manzana
Muchos visitantes terminan el recorrido sorprendidos. Algunos confiesan que no esperaban encontrarse con un estilo de vida tan distinto en pleno Nueva York. Otros se quedan con la imagen de los niños jugando en la acera, las sinagogas modestas, y ese aire de comunidad que tan poco se ve hoy en día.
Si estás planeando conocer la ciudad más allá de sus rascacielos, el barrio judío en Nueva York, ubicado en Williamsburg, es una parada que vale la pena incluir. No por lo que tiene de turístico, sino por lo que enseña: que Nueva York no es solo una ciudad de edificios altos y luces, sino también de historias, tradiciones y contrastes.
